Abren ventana histórica de una manera divertida

La necesidad de trabajo y la facilidad que tiene para hablar de hechos del pasado y presente, Patricia Guerra fue escribiendo narraciones de la capital, su personaje protagónico

Por: Alan Luna

Cuántas veces en la escuela al escuchar que te toca la clase de historia te dan ganas de no asistir, por aburrida, porque no importa, porque eso ya pasó, pero esto es sólo en la perspectiva que se vea o el lado del que masca la iguana.

Ya que la historia no es nada de lo que parece y pude ser mucho más divertida de lo que crees y así te lo muestra Patricia Guerra en su libro “Una Ventana a la Historia, Relatos de la Ciudad de México”.

Abren ventana histórica con relatos de México

La necesidad, por un lado, y el gusto por la historia de México, por el otro, fue lo que arrojó a la escritora, quien asegura ser una apasionada por la capital desde que era pequeña, a escribir su primer material, el cual está arropado por la editorial Shanti Nilaya.

Fue gracias a sus sobrinas que viven en Suecia, que la licenciada en Administración y Finanzas por la Universidad Panamericana, se dio cuenta de la facilidad que tiene al hablar de hechos históricos que han sucedido a la CDMX, y es que ella, cada vez que venían a visitarla, les armaba un tour por diferentes partes de la capirucha.

“Yo siempre he estado enamorada de la Ciudad de México, de las calles y cuando la vida te va dejando sin chamba, porque nadie te contrata a los 50 años, pues hay que buscarle.

“Entonces a partir de esto (de los tours) me di cuenta que tenía el gusto y la facilidad para ser guía de turistas y ahora ya estoy certificada y me empecé a dedicar a eso, pero cuando ya estaba todo chido, ¡zaz!, que nos cae la pandemia y pues se paró todo, no se puede salir, entonces la vida te va llevando a donde debes de ir y una de mis especialidades es la tecnología educativa y tengo una empresa de eso, entonces lo conjunté, hice los tours virtuales con Google Earth, y zoom y me empezó ir bien, gracias a Dios”, explicó.

Pero para promover su trabajo y para que la gente dijera “esta vieja sí sabe”, se puso a estudiar, investigar y escribir mucho. De pronto y con dos años de encierro debido al Covid-19 y sus variantes, Guerra se dio cuenta que había escrito ya más de 100 relatos, los cuales editó para que el resultado fuera su obra escrita.

“Lo padre de esto (libro) es que lo puse por épocas, desde lo prehispánico hasta lo actual.  Luego al escribirlo tuve que buscar el estilo, y yo siempre he creído que hay que reírse, entonces me gusta el humor y me gusta escribir como si estuviera hablando. No quise verme muy histórica, sí hay por supuesto, me tardé muchísimo investigando, pero lo que yo quería era recrear los ambientes de la Ciudad de México en las distintas épocas y a qué olía la ciudad, a qué sabía la comida, la gente, qué se escuchaba y a través de eso me puse a investigar y le fui agregando, entonces no es historia, es ficción histórica. Son crónicas basadas en la historia, no me invento nada, pero la investigación estuvo chonchísima”, aseguró.

Gracias a su vocación y amor por el periodismo, ya que Paty es exalumna de la Escuela Carlos Septién García, institución especializada en el oficio de informar e investigar, fue lo que le permitió hacer un libro de manera fresca y no acartonado.

“Esa es la diferencia de alguien que es periodista a un historiador, porque un historiador jamás en la vida se va a permitir escribir en un tono que no sea el académico, porque ellos son los grandes escritores, los grandes historiadores. Yo no estoy haciendo historia, yo estoy utilizando la historia para escribir mis relatos, por eso los historiadores detestan a los que escribimos ficción histórica, pero sí te puedes permitir hacerlo. Yo no hago, yo la utilizo”, aseguró.

De lo prehispánico hasta el Siglo XX

Al ver que, en la enseñanza básica, los profesores se saltan 300 años de colonia, Paty Guerra quiso rescatar algunos pasajes de ese lapso como la vida en los conventos, el pensamiento novohispano y lo barroco.

“Siempre la historia va a hacer que te descubras, el por qué somo así, el por qué contestamos, el por qué somos ñeros, es una evolución, es el resultado de cosas que fueron. Entonces la ciudad es un personaje en sí, es el personaje principal del libro y le di vida a los objetos históricos, al edificio, a un árbol, a una fuente, al Caballito lo hice hablar. Fue jugar mucho con eso, con los estilos, divertirme, hacerlos asincrónicos, fue muy divertido”, comentó.

Desmitificar la historia y mostrarla de que no fue hecha de buenos y malos, es lo que aporta “Una Ventana a la Historia, Relatos de la Ciudad de México” a las nuevas generaciones y porque no, también a las viejas.

“Está mal hacer la historia de buenos y malos, eso yo creo que es el gran error, la historia no es de héroes y villanos, es de seres humanos y hay que analizarlos en su contexto, cuáles fueron sus decisiones y el por qué, no decir que Porfirio Díaz haya sido el malo, claro que tuvo sus cosas muy malas, pero con él, México se hizo un país moderno y lo puso en el mapa con mucha disciplina financiera, era un país próspero, pese a que había una desigualdad espantosa, pero en este momento está peor”, explicó.

Para la escritora independiente el haber sido invitada a la Feria Internacional de Libro de Guadalajara 2021 fue un paso importante, porque no ha sido nada fácil sostener una historia sin el apoyo de una casa editorial que empuje la distribución y venta.

“El escritor independiente tiene una vida muy difícil y eso fue una decisión también de quedarme así. No pensé en algo más grande, porque nadie me conoce, porque son contratos muy difíciles, seguiría mi manuscrito en dictaminación, se tardan dos tres años en eso, y la verdad es que yo ya quería verlo, eso no quiere decir que es un trabajo mal hecho o mal editado, yo creo que puse mucho esfuerzo en eso, pero también se quedan con todo, sólo te dan el 10% de lo que escribiste, y firmas y le vendes tu alma al diablo, pero sí me gustaría algún día, si esto interesa y si llegase a ser un libro más conocido, que ha tenido buena aceptación, pero la distribución no es de una casa editorial, sino es la que yo hago con mis redes y lo que puedo”.